Es común escuchar que cuando una mujer queda embarazada trae al mundo un bebé y muchísimos miedos junto a él. Nosotros no lo ponemos en duda. Su cuerpo, sus rutinas, sus prioridades y toda su vida cambia. Estos son los 10 miedos más comunes en el embarazo y algunos tips para gestionarlos y vivir esta nueva etapa con mayor bienestar y alegría.
Toda madre, primeriza o no, maneja miedos, pero estos se pueden experimentar con mayor fuerza si se le suma la incertidumbre de no saber qué conlleva la maternidad. Un miedo bastante común entre las futuras mamás es no sentirse suficientes o capaces de proveer al bebé todo lo que necesite. La buena noticia es que no tienes porque saberlo todo ni hacerlo sola. Existen programas, grupos de apoyo y profesionales que pueden ayudarte a transitar esta nueva etapa.
Y aunque todo esto falle, la maternidad te ayuda a desarrollar tu instinto y nuevas habilidades con el fin de que puedas proveer el cuidado y contención que tu bebé requiera.
Un miedo bastante común es la muerte súbita, que el bebé deje de respirar mientras no lo supervisan. Es normal que las mamás suelan verificar constantemente si el bebé respira o no, pero es importante mantener la calma y, sobre todo, cuidar que el espacio dentro de la cuna sea lo más apto posible; que el bebé duerma boca arriba, que la zona esté despejada, que esté abrigado, pero que no haya mantas ni almohadas o peluches que representen un peligro.
Este miedo tiene bastantes aristas, desde cómo elegir hacerlo, con lactancia exclusiva o no, cuántas veces hacerlo y hasta en qué cantidad hacerlo. Y aunque cada vez hay más educación sobre la lactancia y de la alimentación en general, el miedo a no poder lactar está bastante latente entre madres primerizas.
Relájate y confía, eres perfectamente capaz de amamantar. No compares tu proceso con el de otras mamás, ni a tu bebé con el de otros. Con paciencia y perseverancia lograrás hacerlo.
Como ya lo dijimos cuando se es mamá se tienen muchos miedos e incertidumbres, lo que puede volverse un bucle angustiante. Lo importante es reconocer que, aunque puedas equivocarte, esto no tiene porque terminar en alguno de los escenarios catastróficos que imaginaste. De hecho, la mayoría de esos errores te dejarán grandes lecciones.
Lo importante es que tanto tú como tu pareja, tengan una red de apoyo, y puedan prevenir posibles eventualidades acondicionando la casa y quitando todo lo que suponga un peligro.
Perderse en el rol de mamá y dejar a un lado las aspiraciones personales es un pensamiento constante para la mayoría de las madres de hoy. Y ciertamente en los primeros años, el bebé dependerá mucho de la mamá, pero es importante que recuerdes que es una temporada y que ser mamá no es un obstáculo para desarrollarse en otras áreas.
Este punto está muy relacionado con el anterior y tiene que ver por la brecha laboral que surge entre hombres y mujeres profesionales frente al reto de la paternidad. Afortunadamente cada vez hay más conciencia sobre el tema y tanto empresas como gobiernos trabajan para disminuir el impacto. Al igual que en el punto anterior, es importante tener en cuenta que aunque la maternidad nunca termina, hay temporadas donde podrás tener mayor flexibilidad para seguir creciendo profesionalmente.
Muchas mamás se abruman frente a los cambios físicos; el no saber si recuperarán su peso, si las estrías rojas desaparecerán, si el cabello dejará de caerse o si el cansancio se irá, son temas que, aunque parecen superficiales, pueden causar temores profundos en las futuras mamás. Una forma de manejarlos mejor, es llevando una mejor alimentación y apoyándote en familiares y amigos para que puedas tener pequeños espacios para ti; para asearte, organizarte el cabello, comer o simplemente dormir.
Otra preocupación real para toda madre es que la salud de su hijo se vea comprometida y su futuro sea truncado. La sola idea de que la calidad de vida de su hijo se vea afectada o de no tener acceso a un programa de salud o tratamiento en caso de enfermedad es bastante angustiante para la mayoría de los padres. Invertir en una póliza de salud que tenga atención domiciliaria, cubra el parto y tenga acceso a pediatras, es una gran opción.
Tener problemas económicos que no permitan cubrir las necesidades básicas o las eventualidades que puedan surgir y afecten la calidad de vida del bebé es, sin duda, un dolor de cabeza para cualquier padre. El no poder ofrecerle mejores posibilidades o dejarle un respaldo para un momento de dificultad es una preocupación real que requiere una planificación financiera y estrategias como la inversión de un fondo de ahorro que respalde el patrimonio familiar y te permita tanto a ti como a tu familia mantener su autonomía.
Por último, al menos en este listado, está un miedo bastante relacionado al anterior, el miedo de faltar y dejar desprovisto a tu bebé. ¿Quién se encargará de él? ¿Tendrá lo que necesita si falto? Si bien nada equipará tu ausencia, y confiamos, que tendrás mucho tiempo para ver crecer a tus hijos, sabemos que brindarle un respaldo en caso de que no estés será un gran alivio. Una buena forma es invertir en un seguro de vida, para que en caso de que no estés o quedes incapacitada, tu familia pueda tener no solo un respaldo económico también un acompañamiento profesional para afrontar los desafíos y mantener su calidad de vida.
Sabemos que la maternidad es una etapa maravillosa que conlleva muchos desafíos, por eso queremos acompañarte para que te sientas segura en tu rol más importante. Escríbenos y te ayudamos a proteger tu bienestar y el de tu bebé. Hay una solución ideal para tu necesidad y presupuesto.